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Bebé | 0 - 9 meses | ¡Mi bebé pesa menos! ¿Qué está pasando?

¡Mi bebé pesa menos! ¿Qué está pasando? Bebé

¡Mi bebé pesa menos! ¿Qué está pasando?

Tu pequeño puede perder algo de peso los primeros días de vida. No te alarmes, es algo normal y poco a poco irá recuperándolo.

En el período neonatal, las mediciones de peso y talla están influenciadas por múltiples factores como la constitución de los padres, la raza y hasta la estación del año (los nacidos en meses fríos acostumbran a pesar más). El peso está en relación con la edad gestacional (número de semanas que duró el embarazo) y es adecuado cuando es el esperado para una duración de gestación determinada. El peso es satisfactorio cuando se encuentra entre el percentil 10 y el 90, lo que supone para un niño a término oscilar entre 2.500 y 4.000 gramos. Sin embargo, los niños pesan más que las niñas, de modo que el peso medio al nacer es de 3.250 gramos para los hombres y 3.000 gramos para las mujeres. Cuando el peso del neonato es inferior a estos valores se considera de bajo peso para su edad gestacional.

 

Controles adecuados

El control rutinario de peso de los recién nacidos ha de realizarse con básculas adecuadas y en las mismas condiciones de alimentación, hora del día y vestimenta, aunque, en cualquier caso, es mejor que el niño esté completamente desnudo. Sin embargo, no hay que obsesionarse con el peso del bebé, dado que cada organismo es distinto y su ritmo de evolución es diferente. De todos modos, si no aumenta adecuadamente, el especialista detectará fácilmente si la alimentación es insuficiente o si el niño tiene algún tipo de problema.

 

Pérdida fisiológica 

Durante los cuatro primeros días de vida, es normal que el recién nacido pierda peso, se trata de una perdida transitoria, fisiológica, es decir, normal, que oscila entre un 5 por ciento y un 10 por ciento con respecto al peso al nacer. Esta pérdida de peso comienza a recuperarse a partir del quinto día de vida y el bebé debe pesar igual que al nacer al décimo día. A partir de ese momento, el niño incrementa su peso entre los 150 y 200 gramos cada semana. Esta perdida fisiológica de peso es mayor en los prematuros y su recuperación es más tardía. Algo parecido sucede con los niños que pesan más de 4 kilogramos al nacer, que pueden bajar más y demorarse más en recuperar su peso al nacimiento.

 

¿Por qué pierde peso?

El niño nacido a término tiene, por una parte, una gran cantidad de agua (el 80 por ciento de su peso) y, por otra, un riñón inmaduro con una capacidad de concentración limitada, que retiene menos la sal y, como consecuencia, el agua. Además, su superficie corporal es proporcionalmente mayor y pierde más agua por evaporización, al pasar del  medio acuoso en el que se encontraba en el interior del útero a un ambiente seco, ya en el exterior.

Otros factores que intervienen en la pérdida de peso son la eliminación del contenido intestinal (meconio) y el de la vejiga. Además, la primera leche materna (calostro) es rica en nutrientes y defensas, pero pobre en calorías. Por todos estos factores el peso del bebé se rebaja los primeros días.

 

¿Cuándo preocuparse?

Se consideran pérdidas excesivas si estas superan al 12 por ciento del peso del bebé al nacimiento y si al decimocuarto día el pequeño no ha recobrado el peso inicial.

Las causas de una disminución excesiva de peso pueden estar relacionadas con edemas (retención de agua) del recién nacido por enfermedades del propio niño o de su madre, lo que ha de determinar el médico. La falta de recuperación en dos semanas puede indicar falta de nutrientes u otro tipo de problemas en el niño, y por consiguiente la necesidad de consultar al especialista.