Sangrados durante la gestación Embarazo y parto
A menudo es parte normal del proceso, pero siempre deben ser controlados por el ginecólogo porque pueden deberse a causas más graves.
El sangrado vaginal es cualquier flujo de sangre a través de la vagina entre el momento de la concepción y el final del embarazo.
Entre el 20 y el 30 por ciento de las mujeres experimenta algún sangrado vaginal durante las primeras 20 semanas de la gestación y hasta un 10 por ciento lo presenta durante el tercer trimestre.
Por tanto, no siempre es un problema. Durante el primer trimestre puede ser debido a la implantación del óvulo fecundado en el útero, a cambios hormonales o a otros factores que no causan daño ni a la madre ni al bebé.
Si sucede a mediados o finales del embarazo puede ser causado por un traumatismo en el cuello uterino provocado por mantener relaciones sexuales, aunque tampoco representa ninguna amenaza para la madre o el bebé.
Situaciones de alarma
En cambio, existen otro tipo de casos en los que el sangrado sí puede representar un riesgo para la madre o para el feto. Si se produce durante el primer trimestre puede deberse a:
- Aborto.
- Embarazo ectópico (cuando el óvulo fecundado se desarrolla fuera del útero, normalmente en las trompas de Falopio).
Si, por el contrario, sucede a mediados o a finales del embarazo, las causas pueden ser:
- Placenta previa (la placenta se ha implantado en la porción inferior del útero y cubre el cuello uterino).
- Desprendimiento prematuro de la placenta (cuando la placenta se separa, ya sea parcial o totalmente, de la pared uterina).
- Aborto espontáneo tardío.
- Parto pretérmino (se produce la dilatación del cuello uterino y las contracciones entre la semana 20 y 37 del embarazo).
Si sucede acude al médico
Aunque pueda no ser grave, ante un sangrado siempre hay que contactar con el médico o ginecólogo. Durante la visita, realizará a la paciente preguntas específicas a las que debe responder con la mayor precisión posible, ya que las diferencias en el sangrado, con o sin síntomas, pueden indicar diferentes complicaciones.
Lo más probable es que el médico le practique un examen pélvico, con una valoración minuciosa del cuello uterino, y le realice una ecografía para comprobar el buen estado del embarazo y el bienestar del feto. Una vez obtenido el diagnóstico, le sugerirá las opciones de tratamiento.
Generalmente, se recomienda reposo en cama pudiendo necesitar un período de descanso en el trabajo y evitar las relaciones sexuales; si el sangrado es grave, es posible que sea necesaria la hospitalización.