En la recta final del embarazo, algunas mujeres desarrollan una gran actividad. Se trata del  “síndrome del nido” un impulso irrefrenable de poner la casa en orden y de tenerlo todo listo para la llegada del bebé.

Su nombre no es aleatorio, ya que hace referencia al momento en el que las aves preparan el nido para la llegada de sus polluelos. Así y de la misma forma, las embarazadas aproximadamente durante el tercer estadio de gestación, dedican más tiempo a organizar, limpiar y tener a punto las habitaciones de la casa para la llegada del bebé. En cuanto a las posibles causas que podrían estar detrás de esta conducta hay dos. A través de ese impulso irrefrenable por hacer cosas en las últimas semanas de la gestación, las futuras madres tratarían de aplacar la ansiedad ante el parto inminente y la posible inseguridad que les provoca la llegada del bebé y su cuidado. También afecta el temor a convertirse en mamá, la inseguridad por tenerlo todo preparado, el miedo al proceso del parto en sí mismo, incluso opiniones ajenas que puedan estar distorsionando el comportamiento de la futura mamá por ser criticada. Otros argumentan que se debe a una cuestión puramente hormonal (el aumento de la oxitocina no solo prepara el cuerpo de la mujer para el momento del parto, sino que también estimula las conductas maternales) la que provoca esta inyección de energía.

Tienen más posibilidad de padecerlo las mujeres que sean especialmente ansiosas, exigentes o perfeccionistas, ya que serán estas las que quieran tenerlo todo preparado y encuentren alivio en la actividad de prepararlo todo hasta el último detalle. Suelen ser primerizas que, ante la falta de experiencia, les asaltan más miedos que a las mamás repetidoras. 

Todos estos motivos pueden ser el origen de que la mujer se sienta presa de la ansiedad y para liberarse de ese estado de sobreexcitación, se mantenga hiperactiva.  

 

¿Tengo el síndrome del nido?

Estas son las principales pistas que caracterizan esta actitud:

• No puedes esperar. Sientes una necesidad imperiosa por llevar a cabo inmediatamente las tareas que se te van ocurriendo, escudriñando cada rincón de tu casa, como fregar, ordenar, redecorar, pintar...
• Te sobra energía. Crees que tienes fuerzas de sobra para dejar la casa en perfecto estado.
• Estás obsesionada. Te fijas constantemente en detalles y rincones de la casa que antes pasaban inadvertidos para ti y se convierten en prioritarios.
• Sucede a cualquier hora. Por la mañana, por la tarde, incluso por la noche. Cuando repararas en algo que pasaste por alto, te pones manos a la obra sin mirar el reloj.
• Te sientes nerviosa. Consideras que no te va a dar tiempo para tenerlo todo perfecto para recibir a tu bebé y limpias y organizas a toda velocidad.

 

Trucos para mantener a raya la ansiedad

• Caminar una hora al día.
• Realizar ejercicios de respiración y relajación.
• Llevar a cabo actividades placenteras y que nos distraigan.
• Escribir nuestras sensaciones en un cuaderno o compartir nuestros sentimientos con alguien de confianza.
• Evitar consumir bebidas excitantes como té, café o refrescos de cola. 
• Dejarse ayudar por los demás. Tu pareja y tus familiares deben ser tus mayores aliados en la recta final del embarazo. Debes aprender a delegar.